miércoles, 23 de enero de 2013

Lincoln


Lincoln

  "Sin conocer el pasado es imposible comprender el sentido verdadero del presente y los objetivos del futuro". Esta frase del escritor ruso Maxim Gorki resume perfectamente el objetivo del director Steven Spielberg al realizar esta película sobre los últimos meses de la vida del presidente Abraham Lincoln.

   Así, durante las dos horas y media que dura la cinta, se nos muestra los esfuerzos realizados por Lincoln para que se aprobase la enmienda a la constitución que aboliría la esclavitud, antes de que finalizase la guerra de secesión.  Esta urgencía se debía a que, el entonces presidente estaba seguro de que en cuanto acabase la guerra sería imposible que se aprobara dicha enmienda, debido al voto negativo de los estados del Sur. Sin embargo, estos esfuerzos implican dos cosas, que Lincoln se ve forzado a alargar la guerra innecesariamente con el correspondiente coste en vidas humanas y que las maniobras que realiza para conseguir los votos necesarios no son precisamente del todo legales. Todo ello conlleva un desgaste tremendo en la figura del presidente que se ve obligado a realizar estos actos, con el único fin de poder poner fin de una vez a la esclavitud de la raza negra.



   Sin embargo, hay bastante más detrás de las cortinas de esta película. Hay en ella una constante sensación de que Spielberg lo que está haciendo es indicarnos que el actual presidente Obama se parece mucho al entoces presidente Lincoln (el cual es el más venerado de los presidentes americanos hasta ahora). A ello ayuda saber que Spielberg donó el año pasado un millón de dólares a la campaña del actual presidente, lo cual demuestra claramente su predilección por el señor Obama. Por otra parte, esta película se presentó por primera vez al público en el New York Film Festival el pasado ocho de Octubre, es decir, en plena campaña para las presidenciales que se celebraron el seis de Noviembre. Posteriormente se estrenaría en los Estados Unidos el nueve de Noviembre, es decir, únicamente tres días después de las elecciones en las que Obama salió reelegido.

   Hay una escena nada más comenzar la película que ya nos presenta este reflejo que la película nos quiere mostrar. En ella dos soldados de color conversan con el presidente quejándose que en el ejército del Norte no hay oficiales de color. Uno de ellos le pregunta a Lincoln, "¿Cuantos años tendrán que pasar para que haya un capitán de raza negra? ¿20 años? ¿Y un coronel? ¿50 años? ¿y para que los negros podamos votar? ¿100 años?" Ahí se interrumpe la conversación pero todo el mundo sabe cual sería la siguiente pregunta que iba en esa serie ¿Cuantos años tienen que pasar para que haya un presidente negro? Spielberg inteligentemente omite la pregunta, pero todo el mundo la tiene en la cabeza en ese momento.

   Finalmente, la última analogía que nos presenta la película entre los dos presidentes es la siguiente: Lincoln intenta por todos los medios eliminar algo que, en su momento generó muchísima controversia como es la liberación de la raza negra y que, sin embargo, ahora nos parece una barbaridad que pudiese existir dicha esclavitud. Pues bien, ¿cual es el caballo de batalla del actual presidente  y que, según él, espera poner en marcha en la actual legislatura?, la creación de una sanidad pública gratuita especialmente para aquellos que no la pueden pagar. Algo que en la actualidad tiene todavía muchos detractores dentro de la política estadounidense, igual que en su momento los tuvo la supresión de la esclavitud. En ambos casos las razones para oponerse a estas cuestiones son de dos tipos: económicas y sociales.

  En cuanto a la película en sí, hay en ella dos cabezas cuyo trabajo está claramente diferenciado, éstas son Daniel Day-Lewis que da vida a Abraham Lincoln de una manera magistral y Steven Spielberg, que aparte de todo lo dicho anteriormente, realiza un trabajo sensacional en muchos aspectos.

  Respecto a Daniel Day-Lewis hay poco que yo pueda decir que no se haya dicho ya. Sólo resumiré su trabajo en una frase, "él es Lincoln", punto. Sólo me queda tener la oportunidad de ver la película en versión original para poder oir como transformó su acento londinense mezclado con irlandés del actor en un acento de Kentucky, de donde era originario Lincoln.
  A Lewis le acompañan en el reparto una serie de actores de gran calidad y prestigio. Sally Field acomete el papel de la esposa de Lincoln. David Strathairn se pone en la piel de William Seward, la mano derecha del presidente. Joseph Gordon-Levitt representa al hijo mayor de Lincoln y Tommy Lee Jones borda a Thadeus Stevens el diputado abolicionista radical que también tiene que tragar con lo que sea para conseguir el objetivo deseado. Además la nómina de secundarios se completa con actores de la talla de Hal Holbrook, John Hawkes, Tim Blake Nelson, Jared Harris o James Spader.

   Por otro lado, la labor de Spielberg, como ya he dicho, es muy destacable realizando, como es habitual en él, una dirección de estilo clásico, construyendo escenas de gran belleza y con una puesta en escena impresionante. Lo más destacable, en mi opinión, es conseguir que la película tenga un ritmo pausado pero fluido, y que a pesar de su larga duración no se haga pesada al espectador mínimamente interesado en lo que está viendo en la pantalla.

  Otro aspecto interesante de la labor del director es el manejo del fuera de campo, el cual destaca especialmente en las dos escenas más relevantes de la historia, la proclamación del resultado de la enmienda y el asesinato del presidente.

   Tecnicamente la película destaca en otro aspecto, éste es la fotografía, la cual se debe a Janusz Kaminski, habitual colaborador de Spielberg. Kaminski realiza un trabajo formidable construyendo auténticos retablos de la época y ayudando de gran manera a la gran ambientación histórica que posee la película. Especialmente destacable es la escena en la que el presidente y su esposa están en su palco del teatro disfrutando de una representación, la cual es visualmente de una belleza extraordinaria.

  La música corre a cargo del maestro John Williams, el cual ha realizado unas composiciones sencillas que acompañan de manera muy suave las melancólicas imágenes que vemos en pantalla. Se podría decir que la música de esta cinta está en las antípodas de las fanfarrias que tan  (merecidamente) famoso han hecho a este compositor.

  Me gustaría comentar que la figura de Abraham Lincoln ya ha sido contada en el cine en otras tres ocasiones: "Abraham Lincoln" (D.W. Griffith, 1930), "El joven Lincoln" ("Young Lincoln" John ford, 1939) y "Lincoln en Illinois" ("Abe Lincoln in Illinois" John Cromwell, 1940). En dichas películas el papel del presidente fue interpretado respectivamente por  Walter Huston, Henry Fonda (foto) y Raymond Massey. Por supuesto no incluyo en esta lista la otra película estrenada este año sobre Lincoln, "Abraham Lincoln: cazador de vampiros" ("Abraham Lincoln: vampire hunter" Timur Bekmanbetov, 2012) ya que no creo que dicha película merezca la menor consideración por mi parte.



  Para acabar, creo que se trata de una muy buena película, que no gustará a todo el público debido a su ritmo lento y a la abundancia de diálogos. Sin embargo es una obra muy completa, realizada por un director en plena madurez y que contiene una recreación de la época y del personaje difíciles de superar.


Gabriel Menéndez Piñera











sábado, 19 de enero de 2013

The master

The Master


De todas los jovenes directores norteamericanos que despuntaron en los años 90 sólo hay, en mi opinión, dos que han llegado a cuajar como lo que son ahora, grandísimos directores y creadores dentro de lo que llamamos el arte cinematográfico. Uno de ellos es Darren Aronofski y el otro es el responsable de esta película, Paul Thomas Anderson.

"The master" (2012) es su última obra, la cual nos cuenta la reláción entre Freddie Quell (Joaquin Phoenix) un veterano de la Segunda Guerra Mundial psicótico, alcohólico y obsesionado por el sexo y Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), el cual es el gran pope de una especie de secta religiosa que está surgiendo en los Estados Unidos y que toma a Freddie como discípulo, intentando guiarle dentro de las directrices de su corriente existencialista. 

Lo primero que tengo que decir a la hora de valorar esta película es que antes de verla tenía unas expectativas altísimas respecto a ella, tanto por las anteriores películas de Anderson, como por todo lo que había oído de la crítica especializada. Sin embargo la película tiene un problema, te muestra únicamente parte de sus valores cinematográficos. Me explico, los dos actores principales, las dos cabezas visibles en la mayor parte del metraje, están simplemente sensacionales y la puesta en escena y dirección de Anderson son de lo mejor que he visto en toda mi vida. Sin embargo, estas escenas que representan los actores y que están tan bien dirigidas provienen de un guión excesivamente hermético, repetitivo en demasiadas ocasiones, en el que la historia fluye con cuentagotas y que, personalmente, no llega a enganchar en ningún momento.

Esto hace que haya salido del cine con un regusto amargo, pensando que he visto una de las mayores proezas cinematográficas que recuerde, pero que sin embargo, no he llegado a disfrutar con esta película a la que en todo momento parece que le falta algo. Todo ello ha conseguido que sea una cinta que tengo que volver a ver en unos meses, seguramente entonces pueda valorarla en su justa medida.

Lo primero que llama la atención de la película son las grandiosas actuaciones de la pareja protagonista, Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman. Resulta difícil imaginar a otros actores en semejantes papeles tras la exhibición que nos presentan ambos artistas. Y si bien es la primera vez que Phoenix actúa para Anderson, Hoffman es el actor fetiche del director ya que, excepto en "Pozos de ambición" ("There will be blood"; 2007), ha trabajado en todas las películas del mismo.

Además de los dos protagonistas hay que destacar la actuación de Amy Adams como Peggy, la mujer de Lancaster Dodd, la cual refleja muy bien la fingida sumisión que su papel, como mujer del gran hombre requiere.

Sin embargo, la aportación más importante de la película al arte cinematográfico viene de su director, Paul Thomas Anderson, el cual al igual que en sus anteriores películas realiza una labor para la que me faltan las palabras de elogio y, quizás, los conocimientos necesarios para poder juzgar convenientemente su labor. Si tengo que resumirlo en una única palabra sería la siguiente: maestría. Maestría para ejecutar los planos secuencia, para realizar una puesta en escena sencillamente gloriosa y para crear una ambientación y una atmósfera absolutamente realistas. Realismo que impregna toda la película y que nos recuerda en algunos aspectos a algunas películas del mítico director Erich Von Stroheim, en especial a su obra más recordada, "Avaricia" ("Greed" Erich Von Stroheim, 1924). Casualmente (o no), en ambas películas hay una escena que se desarrolla en el desierto de Arizona.

Todo ello nos lleva a pensar lo siguiente, ¿falla algo en esta película?. Pues sí, algo falla que hace que, en mi opinión, esta gran película no llegue a alcanzar la nota que por otros de sus aspectos merecería. Ese algo, como ya dije anteriormente es el guión, escrito por el propio director, el cual lastra el ritmo de la película en la mayor parte de sus 135 minutos de duración.

Otras películas de este gran director son: "Sidney" ("Sidnay", 1996), "Boogie nights" ("Boogie nights", 1997), "Magnolia" ("Magnolia", 1999) o "Pozos de ambición" ("There will be blood", 2007).

Uno de los aspectos que más me llamaron la atención fue el uso de la música, la cual, compuesta por Johnny Greenwood, ayuda a crear esa atmósfera desasosegante y ligeramente malsana de la película. Se trata de una música extraña, como un soniquete que se te mete en la cabeza y que a veces llega a tapar ligeramente los diálogos como reclamando su presencia dentro del film.

Otro aspecto que destaca, es ver reflejado en una película americana la vida supuestamente idílica del país tras la segunda guerra mundial, de una forma tan dura, perversa y real. Algo a lo que no hemos estado acostumbrados ya que casi todas las películas del Hollywood clásico de esa época (si exceptuamos las adscritas al género negro) nos han mostrado una Norteamérica cuyos habitantes vivían en una especie del jardín del Eden y en la que los veteranos de la segunda gran guerra se reincorporaban a sus vidas como si viniesen de una excursión por el campo, un poco más larga de lo habitual.

Todas las cualidades de esta obra no pasaron desapercibidas para el jurado del pasado Festival de Venecia, ya que le otrogó los premios al mejor actor (ex-aequo para los dos protagonistas) y al mejor director. Así mismo el jurado Fipresci le otorgó el premio a la mejor película en el mismo festival.

En definitiva, no es una película para pasar el rato, si no que se trata de una obra de arte cinematográfica que quizás, como muchas de las grandes obras, deba reposar unos cuantos años para que se la pueda valorar como se merece.

Gabriel Menéndez Piñera 









 



miércoles, 16 de enero de 2013

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal.






         Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal.

  Hace unas semanas que mi pequeña colección de películas se ha visto aumentada por una nueva adquisición. Se trata de la edición en Bluray de la cuatrilogía del ya mítico aventurero más famoso de todos los tiempos, Indiana Jones.

   Indiana Jones es un personaje por todos conocido, salido de la portentosa imaginación de George Lucas en 1973. Este aventurero arqueólogo, interpretado por Harrison Ford, ha sido protagonista de cuatro entregas dirigidas por Steven Spielberg entre 1981 y 2008.

  Su inconfundible vestimenta, sus azarosas campañas arqueológicas, su peculiar sentido del humor y sus siempre hermosas acompañantes femeninas han hecho de este personaje ficticio uno de los más populares y queridos entre el público joven y adulto.

   He disfrutado enormemente volviendo a ver cada una de sus tres primeras aventuras, recordemos: "Indiana Jones en busca del arca perdida"(1981); "Indiana Jones y el templo maldito" (1984); "Indiana Jones y la última cruzada" (1989). Sin embargo, esta última ,a pesar de la larga y entusiasta espera, me ha dejado un extraño sabor de boca.




  En 1957 el Area 51 de Nevada, ( base militar siempre rodeada de misterio y ligada a los fenómenos extraterrestres) un Indiana Jones al que encontramos secuestrado (no sabemos ni cómo ni por qué), es instigado por la coronel soviética Irina Spalco ( Cate Blanchett) a encontrar en uno de los hangares el cuerpo del "extraterrestre de Roswell". Una vez les ha entregado el cuerpo huye. Eso si, huye poniendo en práctica una artimaña que no habíamos visto en ninguna de las anteriores secuelas; y es que Indi en esta ocasión sale despedido por el estallido de una explosión nuclear encerrado en un frigorífico. No os digo más, pero creo que con esto podréis ir haciéndoos una idea de por dónde va la película.

   Un vez en la universidad en la que continúa impartiendo clases y a la que regresa tras su huida, allí le espera el joven Mutt (Shia LaBeouf), quien le pide ayuda para encontrar a un antiguo colega de ambos que ha desaparecido en Nazca mientras buscaba un cráneo de cristal.

  Así ponen rumbo a Perú donde comienzan la búsqueda de Oxley (John Hurt). Siguiendo sus pasos Indiana y Mutt encuentran el famoso cráneo, pero su buena fortuna será efímera ya que a su vez son encontrados por agentes soviéticos quienes les arrebatan el cráneo (ya que aseguran posee poderes extraterrestres que les son necesarios para ganar la guerra fría) y que les conducen a un campamento donde se reencontrarán con Oxley pero también con Marion Ravenwood (Karen Allen), antigua amante del doctor Jones junto a la que protagonizaba la búsqueda del "Arca perdida".



  El periplo con el que continúa la película es digno de ver. Acción, acción y más y más acción corre a raudales por la pantalla. Eso si, acción "made in Spielberg",o lo que es lo mismo, imágenes virtuosamente rodadas y con un montaje magistral que hace que sus 125 minutos de metraje pasen volando. Además con el fin de fidelizar el espíritu de sus predecesoras se limitaron los efectos generados digitalmente.
   Lástima que la historia no acompañe tan vistosa puesta en escena (que aunque un tanto exagerada funciona perfectamente) ya que a los numerosos anacronismos se suman un guión falto de claridad, lo que se traduce en un desarrollo un tanto forzado. Y es que por momentos una no sabe si está viendo "Tarzán",  "Expediente X" o "Cuando ruge la marabunta".



   Harrison Ford , aunque un tanto "talludito" tras 19 años sin azotar el látigo, emociona al público reencarnando al aventurero y una mala malísima Cate Blanchett llena la pantalla con otra interpretación brillante, aportando junto con Ford el poco verismo interpretativo que el film posee. 
  Con el fin de entroncar con la primera entrega de la saga, vemos a Indiana  pulular por el hangar en el que se depositaba el Arca de la Alianza (que aparece de refilón en una escena) y además se incorpora de nuevo al elenco Karen Allen. Una decisión, imagino, fundamentada en finalizar la saga dejando al personaje, digamos, aposentado. Sin embargo, ya Allen no convencía años atrás ni con su hermosa cara de muñeca pecosa y desde luego que unos cuantos kilos, años y arrugas de más, no ayudan  en absoluto a que su personaje y su historia de amor caduca resulten creíbles.

  Curioso es por otra parte el personaje de Mutt, una suerte de extraño homenaje al Marlon Brando de "Rebelde".
   Otros personajes como el profesor Mac (Ray Winstone) oscilan durante todo el film entre la traición y lealtad a su amigo, llegando a cansar y a confundir con tanto vaivén y sin que el personaje realmente aporte un peso significativo dentro de la trama.
   En definitiva, la cinta carece de una relación significativa entre los protagonistas y hace que siendo estos numerosos, adolezca de personalidad propia. 
  Además, ese humor al que estábamos acostumbrados queda supeditado a lo puramente anecdótico, haciendo perder fuerza y gancho al personaje.







   John Williams toma las riendas de la banda sonora nuevamente para dar vida al personaje. Colaborando con Spielberg y Lucas una vez más recurre a ese leitmotiv tan característico y por todos conocido que evoca al héroe. 

   Personalmente eché en falta entre tanto colorín , la sencillez de las películas anteriores donde primaba la simple aventura, el humor o la inocencia de un personaje en mi opinión denostado por completo en esta entrega. Como ya comentaba más arriba, a la necesidad de darle un final a la saga, se suma el de darle una historia en la que se desarrolle ese final. El resultado es que ninguna de las dos premisas son medianamente creíbles ni conseguidas, resultando una película pesada, artificiosa y en definitiva que desvirtúa un poco el espíritu que Indiana Jones tenía en nuestros más jóvenes recuerdos.


                                                                                   Carlota García Fernández.

viernes, 11 de enero de 2013

AMOR





                                                                      AMOR 

     Recién salida del cine tras ver esta película, he de decir que escribo esta crítica mientras aún me tiemblan las piernas de la emoción tras ver semejante obra de arte cinematográfica.

    Georges (Jean-Louis Trintignant) y Anne (Enmanuelle Riva) son una pareja de músicos quienes tras una vida plena han llegado juntos a la vejez. Su única hija Eva (Isabelle Huppert) vive alejada de ellos en Gran Bretaña con su familia.Una mañana, Anne sufre un infarto cerebral a consecuencia del cual pierde parte de su movilidad, comenzando así una degeneración física y mental que obliga a Georges a hacerse cargo por completo de su cuidado. Ésta es la trama escrita y dirigida en 2012 por el director austriaco Michael Haneke, trama que magistralmente destapa al inicio de la misma, desvelando el final en la primera escena y  liberándonos así de la incertidumbre de vislumbrar el desenlace. Así, podemos centrar nuestra atención en adentrarnos en el momento concreto de la vida de los protagonistas que el film retrata.
   Se trata de una historia sencilla, de un drama familiar como el que acontece en multitud de familias cuando una parte de ésta llega a la vejez. La grandeza de esta obra no reside tanto en lo qué se cuenta sino en la maestría con la que se hace.




   Con el apartamento parisino en el que reside la pareja como único escenario, la cámara se mueve por éste silenciosa, mostrándonos un hogar lleno de recuerdos de una vida ligada al trabajo, a la familia pero sobre todo a la convivencia. Filmada con apabullante sencillez, el director se recrea en largos planos fijos que nos revelan la intimidad existente entre la pareja, introduciéndonos en la rutina de ambos, llegando en ocasiones a hacernos olvidar que está presente. A esto se suma la casi inexistencia de acompañamiento musical, que escuetamente aparece en forma de pequeños fragmentos de piezas clásicas de piano de Schubert, Beethoven y Bach, para dejar paso a las miradas, a las caricias, al silencio, todos ellos con sus propios lenguajes que nos hablan mas allá del sonido.





  La pareja de actores lleva su papel a unas cotas de realidad tan altas que se crea un vínculo entre ellos que traspasa la pura ficción.
  Enmanuelle Riva interpreta a una antigua profesora de piano a la que la enfermedad postra en una cama mientras poco a poco la va despojando de su vitalidad física e intelectual.Un papel realmente soberbio en el que vemos como su persona degenera en la senectud con una verosimilitud arrolladora.
  Jean-Louis Trintignant por su parte da vida a un amante esposo que a partir de ese momento se dedicará en cuerpo y alma al cuidado de su esposa hasta la extenuación, haciendo gala de una madurez artística que su larga trayectoria le otorga.
   Isabelle Huppert, habitual de las películas de Haneke, interpreta a la hija de ambos, que por el contrario al intenso amor que se profesan sus padres, mantiene un matrimonio permisivo en infidelidades y una relación distante de sus hijos; motivos éstos por los que no entiende la dedicación por parte de su padre y el bienestar que a su madre le proporcionan sus cuidados más allá de la geriatría profesional.



   "Amor" es como su propio nombre indica, una historia de amor (valga la redundancia) y ésto queda reflejado en cada palabra que Anne y Gerard se dedican. Y es que cada diálogo entre ellos empieza en un "por favor" y termina en un "gracias", incidiendo así en el respeto, la dignidad y la cordura emocional (esa que tanto escasea en estos días) que ambos se profesan tras toda una vida juntos, hasta el último de sus días.

  El tiempo es un elemento curioso dentro del film, ya que en ningún momento se revela su paso. Haneke dota a la cinta de un ritmo lento en el que los personajes van envejeciendo hasta llegar a un final arrebatador y bucólico a partes iguales.
  A pesar del ritmo lento ( lento y aburrido no son sinónimos), durante sus ciento veintisiete minutos se generan situaciones de cierto suspense, debido a los movimientos de cámara que persiguen a los personajes por el apartamento y a la incertidumbre de las situaciones derivadas de la llegada de un momento de la vida en el que las inseguridades, la indefensión y la dependencia forman parte del día a día.




   La película en todo su conjunto crea conciencia, nos hace mirar al futuro y genera sentimientos diversos, en ningún caso manipulados, derivados de una situación que como ya comentaba en un principio sucede al culminar la vida de cada persona llegada una edad.

  El film ha sido galardonado con la Palma de Oro de Cannes de 2012, como ya ocurriera en 2009 con "La cinta blanca"(su película más aclamada hasta el momento) y está nominada a diversos premios entre los que se encuentran cinco categorías de los Oscar.

   Un largometraje realmente digno de ver y una nueva muestra de cómo con pocos elementos se puede hacer muy, muy buen cine.

                                                                                                           Carlota García Fernández.



miércoles, 9 de enero de 2013

La parte de los ángeles

La parte de los ángeles

Ir a ver una película de Ken Loach es adentrarse en territorio de sobra conocido, por aquellos que nos gusta el cine que trata el realismo social en general y el de este director en particular. Así, "La parte de los ángeles" ("The Angels´ share", 2012) nos vuelve a mostrar a personajes de la clase social británica más baja, los cuales son maltratados por una sociedad que ni les quiere, ni les comprende.

El argumento nos cuenta la siguiente historia: Robbie (Paul Brannigan) es un veinteañero el cual ha sido condenado a realizar trabajos sociales por sus continuas peleas y destrozos, tanto a las personas como al mobiliario urbano. Además, no tiene trabajo y su novia Leonie (Siobhan Reilly) está a punto de dar a luz al hijo de ambos. Por si todo ésto fuera poco, la víctima de su última pelea le anda buscando para tomarse la revancha. En ese momento aparece en escena Harry (John Henshaw), el supervisor de los trabajos sociales, que en su tiempo libre se dedica a la cata de whisky y que acogerá a Robbie y a algunos de sus compañeros de condena, intentando que se conviertan en expertos catadores de whisky.

Los actores jóvenes que aparecen en la película son en su mayoría debutantes y su actuación en general es bastante simplona, siendo éste uno de los aspectos más flojos de la película. Sin embargo hay que decir en su favor que todos ellos afrontan sus papeles con mucha frescura y desparpajo. John Henshaw, eterno secundario del cine británico, realiza una actuación muy contenida en su papel de ángel custodio de estos jóvenes descarriados, que en realidad tienen menos malicia que un cervatillo.

El director, como dijimos al principio, es Ken Loach. El veterano director sigue fiel a su estilo conciso, sin ningún tipo de recargo formal, pero homogéneo de principio a fin. Así, nos presenta una historia dura, como casi todas las suyas, sin embargo en esta ocasión se va aligerando el peso del drama sobre los protagonistas y así la comedia (e incluso la aventura) va tomando el protagonismo de la cinta. A ello ayuda sin duda el tratamiento que Loach le da a los personajes, creando situaciones simpáticas que hacen crecer progresivamente la empatía con el espectador.

El guionista responsable de la historia es Paul Laverty, nacido en la India, lleva 15 años trabajando con Ken Loach. Así, son suyos muchos de los guiones correspondientes a las mejores películas del director. La historia creada por Laverty nos cuenta las dificultades que sufren la mayoría de los jóvenes de hoy en día para poder acceder a lo más básico, un trabajo, un piso decente, en fin, poder tener su vida propia.

Ken Loach conoció a Laverty durante el rodaje de "Tierra y libertad" ("Land and freedom", 1995), película del director que recrea la Guerra Civil Española y en la que Paul Laverty hacía su única aparición como actor en una pantalla de cine, haciendo el papel de joven miliciano. A partir de ahí su relación profesional no ha parado de crear muy buenas películas que han sido premiadas en la mayoría de festivales europeos.

Otras películas creadas por esta pareja escritor-director son las siguientes: "La canción de Carla" ("Carla´s song", 1996), "Mi nombre es Joe" ("My name is Joe", 1998), "Pan y rosas", ("Bread and roses", 2000), "Sweet sixteen" ("Sweet sixteen", 2002), "Sólo un beso" ("Ae fond kiss", 2004), "El viento que agita la cebada" ("The wind that shakes the barley", 2006), "Buscando a Eric" ("Looking for Eric", 2009).


El título de la película (La parte de los ángeles) hace referencia al porcentaje del whisky que, al envejecer dentro de la barrica de madera, se evapora de la misma cada año (un 2% aproximadamente). Este es un dicho muy popular en Escocia al referirse a esa parte que desaparece cada año de las barricas que contienen el whisky y que el director toma para sí de una forma muy pícara. Me explico, en la película se hace referencia a este dicho popular y como al envejecer el whisky e ir desapareciendo ese 2% anual el whisky se va haciendo más sabroso e intenso. Sin embargo, si nos fijamos en como tratan el director y el guionista a los personajes principales, nos daremos cuenta que el título hace referencia a ellos y como van a reclamar su parte de una barrica muy muy especial, aunque quizás ellos no se conformen únicamente con el 2% de la misma....

Sólo me queda decir que se trata de una película que nos presenta una situación dramática, pero que poco a poco se va tornando en una comedia no demasiado lograda, pero que nos arranca unas cuantas sonrisas. Sin embargo ésto hace que se quede a mitad de camino de ninguna parte, sin llegar a cuajar del todo ni la parte dramática, ni la cómica. No pasará a la historia del cine, pero se deja ver de forma agradable y, al igual que los buenos whiskys, nos deja un buen sabor de boca en el paladar. Eso debieron sentir el jurado del Festival de Cannes al otorgarle el premio del jurado, al igual que el público del pasado festival de San Sebastián que le concedió el premio del público a la mejor película europea.



Gabriel Menéndez Piñera





sábado, 5 de enero de 2013

Una pistola en cada mano

Una pistola en cada mano


Será difícil que una película española (o de cualquier otro país) pueda repetir en mucho tiempo, un reparto tan bueno como el que nos presenta la última película hasta la fecha del director catalán Cesc Gay. En ella, además de poder asistir a un desfile de interpretaciones gloriosas, se disecciona sin piedad al cuarentón español de género masculino, el cual se encuentra en un momento de su vida en el que, por una razón o por otra, se encuentra totalmente perdido y sin nociones de lo que tiene que hacer para poder seguir adelante con su vida de una manera más o menos coherente.

La película está dividida en seis historias y en cada una de las cuales se nos presentan a dos personajes, los cuales establecen una conversación entre ellos mediante la cual se nos muestran las diferentes situaciones personales en que se encuentran cada uno de los integrantes de la narración.

1- Eduard Fernández y Leonardo Sbaraglia interpretan a dos antiguos amigos del instituto que llevan diez años sin verse y que se encuentran por casualidad. El personaje de Eduard es un fracasado, que sin embargo no tiene problemas para dormir por las noches, mientras que Leonardo da vida a alguien que lo tiene todo, pero que está pasando por una situación de angustia interior que no es capaz de controlar.

2-Javier Cámara y Clara Segura son un matrimonio divorciado, tras haber abandonado el personaje de Javier a su mujer por otra, y con un hijo pequeño que él lleva a casa de la madre. Allí se muestra arrepentido de lo que hizo y le propone a su mujer que le de otra oportunidad.

3-Luis Tosar y Ricardo Darín se conocieron de vacaciones en Mallorca el verano anterior y ahora se encuentran en un parque, uno paseando al perro de su ex-mujer y el otro espiando a su mujer ya que sabe que le está engañando con alguien que no sabe quien es, pero sabe donde vive, al lado del parque.

4-Candela Peña y Eduardo Noriega son compañeros de trabajo en un periódico, pero casi no se conocen. Sin embargo él de repente intenta ligar con ella a pesar de estar casado (o quizás a consecuencia de ello).

5-Alberto San Juan y Leonor Watling son amigos, más bien Alberto es amigo del marido de Leonor. Van a la misma fiesta y ella se ofrece a llevarle en coche. Por el camino Leonor le contará a Alberto aspectos de su vida conyugal que él desconocía por completo y que le sorprenden sobremanera.

6-Jordi Mollá y Cayetana Guillén Cuervo son las respectivas parejas de Alberto y Leonor los cuales se encuentran en una tienda de vinos de camino a la fiesta a la que también van sus parejas. Mientras caminan por la ciudad ella le contará que Alberto tiene un grave problema del que no se atreve a hablar con nadie.

Como ya comenté antes, el reparto es sencillamente sensacional y ver a dos de los mejores actores del mundo como son Luis Tosar y Ricardo Darín juntos en la misma escena es un placer para los sentidos. Sin embargo, si hubiese que destacar a alguien por encima del resto, me quedaría con la actuación de un Javier Cámara superlativo que irradia simpatía y patetismo a partes iguales.

El guión corre a cargo del director Cesc Gay junto con Tomás Aragay, los cuales elaboran una serie de historias en las que, si eres hombre de entre 36 y 50 años, es casi imposible que no te veas representado en alguna de ellas. El análisis sin piedad a que es sometido el género masculino genera momentos de variadas sensaciones en el espectador tales como la risa, la tristeza, la verguenza ajena, la empatía y sobre todo el ridículo. Sin embargo las cuatro mujeres que aparecen representadas en esta película se nos muestran como seres con mucha más personalidad, sin pelos en la lengua, que llaman a las cosas por su nombre y que dejan a sus compañeros masculinos en todo momento a la altura del barro. Quizá sea ésto lo que más me chirría de la película, ya que no creo necesario mostrarnos a las mujeres como seres tan perfectos como comparación a sus oponentes masculinos. Quiero decir que se puede mostrar a los hombres tal como son de imperfectos, sin necesidad de colocar a su lado a mujeres de las que no existen, para realzar el contraste.

La labor de Cesc, como director de la cinta, no se limita a controlar el trabajo de sus actores, si no que sabe crearnos en estos microrelatos unas situaciones en las que rápidamente conectamos con los personajes y sus tribulaciones personales. Además, como es marca de la casa, el estilo es sencillo y directo, sin filigranas estilísticas que puedan apartar la atención del espectador de lo que se está contando.

Otras películas de este director catalán son: "Krampack" (2000), "En la ciudad" (2003), "Ficción" (2006) y V.O.S. (2009). Precisamente el final de esta obra que estamos comentando se parece bastante al de "En la ciudad", siendo estas, según mi opinión, sus dos mejores películas.

Una frase que puede resumir el sentir de toda la película es la que aparece en la escena entre Eduard Fernández y Leonardo Sbaraglia cuando uno de ellos dice: "No nos dieron manual de instrucciones de la vida cuando éramos pequeños" y el otro responde: "No, que hijos de ....".

Resumiendo diremos que se trata de una buena película, de obligada visión para los que, como yo, nacimos en la década de los setenta. Sale bastante más barato ir al cine a verla que pagarse una sesión de psicoanálisis, eso seguro y además te ríes bastante viendo lo mal que hacemos las cosas los hombres cuando nos llega la fatídica crisis de los cuarenta. Para eso sí que nunca nos han dado lecciones, ahora, el que primero monte una academia que explique lo que hay que hacer en dicha situación, se forra.

Gabriel Menéndez Piñera




miércoles, 2 de enero de 2013

Pulp Fiction





                                                            Pulp Fiction


Pulp: revista o libro de contenido oscuro y característicamente impreso sobre papel no     procesado.

   Ringo, alias "Pumpkin" (Tim Roth) y Yolanda, alias "Honeybunny" (Amanda Plummer) son una dos atracadores de poca monta que desayunan en un café mientras hacen planes de futuro como cualquier pareja normal. En el curso de sus conversaciones, deciden atracar el establecimiento.


    -¡Todo el mundo quieto, esto es un atraco!-
    -¡ Y como algún jodido capullo se mueva, me cago en la leche, me pienso cargar hasta el último de vosotros!-



   Con este impactante comienzo, con claras referencias a su guión para "Asesinos Natos"
( "Natural Born Killers", 1994) de Oliver Stone, da comienzo el segundo y más representativo film del director Quentin Tarantino: "Pulp Fiction" (1994).

  Esta escena sirve también de prólogo y epílogo a los tres capítulos en los que se divide la historia:
  
    1- "Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace".
         Jules (Samuel L.Jackson) y Vincent Vega (John Travolta), son dos sicarios que trabajan a las órdenes del mafioso Marsellus Wallace. Mientras se encaminan a realizar un "trabajo", consistente en recuperar un misterioso maletín, charlan sobre como el segundo de ellos ha de entretener a Mia (Uma Thurman), la chica del jefe, mientras este está fuera.

   2- "El reloj de oro".
       Butch (Bruce Willis) es un boxeador acabado que comparte su vida con su chica Fabienne (María de Medeiros) y un viejo reloj familiar. Además es otro de los esbirros de Marcellus y con éste acuerda perder un combate a cambio de dinero. En el último momento Butch, llevado por el orgullo, decide ganar el combate y huir con el dinero, lo cual provocará toda una serie de inesperados acontecimientos.
  
    3- "La situación con Bonnie".
      Tras recuperar el maletín y llevarse consigo a uno de los secuaces, Jules y Vincent le disparan accidentalmente en el coche en el que viajan, dejando éste lleno de sangre, lo que les impide seguir su camino con discreción. En busca de ayuda hacen una parada en casa de Jim (Quentin Tarantino), pero su mujer Bonnie está a punto de llegar, por lo que han de deshacerse del vehículo con la ayuda del Sr.Lobo (Harvey Keitel). Una vez resuelto el problema Jules y Vincent hacen una parada para desayunar en el mismo café en el que casualmente Pumkin y Honeybunny se disponen a atracar.

   Todos estos capítulos , sin embargo, no responden a una narración clásica, sino que se alteran en tiempo y espacio creando un creativo"puzle"a ordenar por el espectador que hace que sólo al final del film se comprenda su conjunto. 
    Durante diez semanas de rodaje y con un presupuesto de ocho millones de dólares Tarantino y su su equipo rodarán en Los Ángeles el material al que Sally Menke (directora de montaje de todas sus películas hasta el año 2009 en el que falleció) dará forma final de forma majestuosa.




   El guión está escrito por el propio Tarantino, basándose en ideas propias y de Roger Avary, quien fué compañero del  "Video Archives"(videoclub en el que trabajó de dependiente cuando era joven). Éste les valdría numerosas nominaciones y premios que incluyen el Oscar al mejor guión original y la Palma de oro a la mejor película en el Festival de Cannes de 1994 en el que se presentó.

   De todos es conocida la cinefilia de este peculiar director, consumidor incansable de cine oriental , spaghetti western y cine de los 70 ( blackexplotation, grindhouse, ...) cuyas innumerables influencias junto a la de directores como Martin Scorsese, Robert Aldrich, Jhon Woo, Mario Baba, etc. aparecen esparcidas por todo el film.
  Son dos sin embargo nuestras referencias favoritas. Como no podía ser de otra forma la primera de ellas hace referencia a nuestro adorado Alfred Hitchcock y a su genial "Psicosis"(1960) en la escena en la que Butch atropella a Marsellus. La segunda de ellas es aquella en que se basa el archiconocido twist "You never can´t tell" de Chuck Berry que Uma y Travolta bailan en el Jack Rabitt Slims, deudora del que la bellísima Anna Karina se marcaba junto a Claude Brasseur y Sammy Frey en "Bande à part" (1966) de Jean -Luc Godard. Como curiosidad comentar que dicho film, no por casualidad, da nombre a la productora que posee el propio Tarantino.
  Además en esta película se dibujan recursos e ideas que mas tarde se desarrollarán mas ampliamente en producciones posteriores como en ambos volúmenes de "Kill Bill" (2003-2004), que dicho sea de paso, es mi favorita del director.



  Además el film reúne múltiples influencias más tales como el comic, la literatura, la cultura popular estadounidense y como no, la música. Y es que en Pulp Fiction, la banda sonora juega un papel fundamental al conferirle una identidad propia e inimitable. Con una selección musical que abarca numerosos géneros de distintas épocas que van casando en cada escena como si hubiesen sido creadas expresamente para ellas.

   Los largos, verborréicos y aparentemente intrascendentes diálogos (aunque en el fondo reflejo fiel de la vida real) que se disponen para cada personaje son otro de los aspectos que sorprenden en éste y todos los trabajos del realizador y que se suman al meticuloso trabajo de ciento sesenta y ocho minutos del que está dotado toda la producción.

   El reparto coral, plagado de nombres conocidos y de otros que lo serán tras ésta, destaca por su compromiso y fidelidad a cada personaje. Imponentes desde Samuel L.Jackson, pasando por Bruce Willis o Harvey Keitel hasta llegar a María de Medeiros. Supone el resurgimiento de un olvidado Travolta y el comienzo de la relación Uma-Tarantino que tendrá como resultado la mencionada "Kill Bill".

  El humor negro con el que se tratan las escenas de violencia es otro de los puntos mas impactantes y es que "el arma es más importante que la víctima", contrastando con la marcada moralidad de personajes como Jules que recita "pasajes bíblicos" antes de cometer cada asesinato.

  En resumen, aunque suene a tópico, decir que es una gran obra del cine contemporáneo, digna de ver una y otra vez e ir descubriendo nuevos pequeños detalles que la hacen más grande aún si cabe.

  Por supuesto podemos encontrarla en DVD y en este caso, recomiendo si es posible su visionado en Bluray.


                                                             Carlota García Fernández.