Lincoln
"Sin conocer el pasado es imposible comprender el sentido verdadero del presente y los objetivos del futuro". Esta frase del escritor ruso Maxim Gorki resume perfectamente el objetivo del director Steven Spielberg al realizar esta película sobre los últimos meses de la vida del presidente Abraham Lincoln.
Así, durante las dos horas y media que dura la cinta, se nos muestra los esfuerzos realizados por Lincoln para que se aprobase la enmienda a la constitución que aboliría la esclavitud, antes de que finalizase la guerra de secesión. Esta urgencía se debía a que, el entonces presidente estaba seguro de que en cuanto acabase la guerra sería imposible que se aprobara dicha enmienda, debido al voto negativo de los estados del Sur. Sin embargo, estos esfuerzos implican dos cosas, que Lincoln se ve forzado a alargar la guerra innecesariamente con el correspondiente coste en vidas humanas y que las maniobras que realiza para conseguir los votos necesarios no son precisamente del todo legales. Todo ello conlleva un desgaste tremendo en la figura del presidente que se ve obligado a realizar estos actos, con el único fin de poder poner fin de una vez a la esclavitud de la raza negra.
Sin embargo, hay bastante más detrás de las cortinas de esta película. Hay en ella una constante sensación de que Spielberg lo que está haciendo es indicarnos que el actual presidente Obama se parece mucho al entoces presidente Lincoln (el cual es el más venerado de los presidentes americanos hasta ahora). A ello ayuda saber que Spielberg donó el año pasado un millón de dólares a la campaña del actual presidente, lo cual demuestra claramente su predilección por el señor Obama. Por otra parte, esta película se presentó por primera vez al público en el New York Film Festival el pasado ocho de Octubre, es decir, en plena campaña para las presidenciales que se celebraron el seis de Noviembre. Posteriormente se estrenaría en los Estados Unidos el nueve de Noviembre, es decir, únicamente tres días después de las elecciones en las que Obama salió reelegido.
Hay una escena nada más comenzar la película que ya nos presenta este reflejo que la película nos quiere mostrar. En ella dos soldados de color conversan con el presidente quejándose que en el ejército del Norte no hay oficiales de color. Uno de ellos le pregunta a Lincoln, "¿Cuantos años tendrán que pasar para que haya un capitán de raza negra? ¿20 años? ¿Y un coronel? ¿50 años? ¿y para que los negros podamos votar? ¿100 años?" Ahí se interrumpe la conversación pero todo el mundo sabe cual sería la siguiente pregunta que iba en esa serie ¿Cuantos años tienen que pasar para que haya un presidente negro? Spielberg inteligentemente omite la pregunta, pero todo el mundo la tiene en la cabeza en ese momento.
Finalmente, la última analogía que nos presenta la película entre los dos presidentes es la siguiente: Lincoln intenta por todos los medios eliminar algo que, en su momento generó muchísima controversia como es la liberación de la raza negra y que, sin embargo, ahora nos parece una barbaridad que pudiese existir dicha esclavitud. Pues bien, ¿cual es el caballo de batalla del actual presidente y que, según él, espera poner en marcha en la actual legislatura?, la creación de una sanidad pública gratuita especialmente para aquellos que no la pueden pagar. Algo que en la actualidad tiene todavía muchos detractores dentro de la política estadounidense, igual que en su momento los tuvo la supresión de la esclavitud. En ambos casos las razones para oponerse a estas cuestiones son de dos tipos: económicas y sociales.
En cuanto a la película en sí, hay en ella dos cabezas cuyo trabajo está claramente diferenciado, éstas son Daniel Day-Lewis que da vida a Abraham Lincoln de una manera magistral y Steven Spielberg, que aparte de todo lo dicho anteriormente, realiza un trabajo sensacional en muchos aspectos.
Respecto a Daniel Day-Lewis hay poco que yo pueda decir que no se haya dicho ya. Sólo resumiré su trabajo en una frase, "él es Lincoln", punto. Sólo me queda tener la oportunidad de ver la película en versión original para poder oir como transformó su acento londinense mezclado con irlandés del actor en un acento de Kentucky, de donde era originario Lincoln.
A Lewis le acompañan en el reparto una serie de actores de gran calidad y prestigio. Sally Field acomete el papel de la esposa de Lincoln. David Strathairn se pone en la piel de William Seward, la mano derecha del presidente. Joseph Gordon-Levitt representa al hijo mayor de Lincoln y Tommy Lee Jones borda a Thadeus Stevens el diputado abolicionista radical que también tiene que tragar con lo que sea para conseguir el objetivo deseado. Además la nómina de secundarios se completa con actores de la talla de Hal Holbrook, John Hawkes, Tim Blake Nelson, Jared Harris o James Spader.
Por otro lado, la labor de Spielberg, como ya he dicho, es muy destacable realizando, como es habitual en él, una dirección de estilo clásico, construyendo escenas de gran belleza y con una puesta en escena impresionante. Lo más destacable, en mi opinión, es conseguir que la película tenga un ritmo pausado pero fluido, y que a pesar de su larga duración no se haga pesada al espectador mínimamente interesado en lo que está viendo en la pantalla.
Otro aspecto interesante de la labor del director es el manejo del fuera de campo, el cual destaca especialmente en las dos escenas más relevantes de la historia, la proclamación del resultado de la enmienda y el asesinato del presidente.
Tecnicamente la película destaca en otro aspecto, éste es la fotografía, la cual se debe a Janusz Kaminski, habitual colaborador de Spielberg. Kaminski realiza un trabajo formidable construyendo auténticos retablos de la época y ayudando de gran manera a la gran ambientación histórica que posee la película. Especialmente destacable es la escena en la que el presidente y su esposa están en su palco del teatro disfrutando de una representación, la cual es visualmente de una belleza extraordinaria.
La música corre a cargo del maestro John Williams, el cual ha realizado unas composiciones sencillas que acompañan de manera muy suave las melancólicas imágenes que vemos en pantalla. Se podría decir que la música de esta cinta está en las antípodas de las fanfarrias que tan (merecidamente) famoso han hecho a este compositor.
Me gustaría comentar que la figura de Abraham Lincoln ya ha sido contada en el cine en otras tres ocasiones: "Abraham Lincoln" (D.W. Griffith, 1930), "El joven Lincoln" ("Young Lincoln" John ford, 1939) y "Lincoln en Illinois" ("Abe Lincoln in Illinois" John Cromwell, 1940). En dichas películas el papel del presidente fue interpretado respectivamente por Walter Huston, Henry Fonda (foto) y Raymond Massey. Por supuesto no incluyo en esta lista la otra película estrenada este año sobre Lincoln, "Abraham Lincoln: cazador de vampiros" ("Abraham Lincoln: vampire hunter" Timur Bekmanbetov, 2012) ya que no creo que dicha película merezca la menor consideración por mi parte.
Para acabar, creo que se trata de una muy buena película, que no gustará a todo el público debido a su ritmo lento y a la abundancia de diálogos. Sin embargo es una obra muy completa, realizada por un director en plena madurez y que contiene una recreación de la época y del personaje difíciles de superar.
Así, durante las dos horas y media que dura la cinta, se nos muestra los esfuerzos realizados por Lincoln para que se aprobase la enmienda a la constitución que aboliría la esclavitud, antes de que finalizase la guerra de secesión. Esta urgencía se debía a que, el entonces presidente estaba seguro de que en cuanto acabase la guerra sería imposible que se aprobara dicha enmienda, debido al voto negativo de los estados del Sur. Sin embargo, estos esfuerzos implican dos cosas, que Lincoln se ve forzado a alargar la guerra innecesariamente con el correspondiente coste en vidas humanas y que las maniobras que realiza para conseguir los votos necesarios no son precisamente del todo legales. Todo ello conlleva un desgaste tremendo en la figura del presidente que se ve obligado a realizar estos actos, con el único fin de poder poner fin de una vez a la esclavitud de la raza negra.
Sin embargo, hay bastante más detrás de las cortinas de esta película. Hay en ella una constante sensación de que Spielberg lo que está haciendo es indicarnos que el actual presidente Obama se parece mucho al entoces presidente Lincoln (el cual es el más venerado de los presidentes americanos hasta ahora). A ello ayuda saber que Spielberg donó el año pasado un millón de dólares a la campaña del actual presidente, lo cual demuestra claramente su predilección por el señor Obama. Por otra parte, esta película se presentó por primera vez al público en el New York Film Festival el pasado ocho de Octubre, es decir, en plena campaña para las presidenciales que se celebraron el seis de Noviembre. Posteriormente se estrenaría en los Estados Unidos el nueve de Noviembre, es decir, únicamente tres días después de las elecciones en las que Obama salió reelegido.
Hay una escena nada más comenzar la película que ya nos presenta este reflejo que la película nos quiere mostrar. En ella dos soldados de color conversan con el presidente quejándose que en el ejército del Norte no hay oficiales de color. Uno de ellos le pregunta a Lincoln, "¿Cuantos años tendrán que pasar para que haya un capitán de raza negra? ¿20 años? ¿Y un coronel? ¿50 años? ¿y para que los negros podamos votar? ¿100 años?" Ahí se interrumpe la conversación pero todo el mundo sabe cual sería la siguiente pregunta que iba en esa serie ¿Cuantos años tienen que pasar para que haya un presidente negro? Spielberg inteligentemente omite la pregunta, pero todo el mundo la tiene en la cabeza en ese momento.
Finalmente, la última analogía que nos presenta la película entre los dos presidentes es la siguiente: Lincoln intenta por todos los medios eliminar algo que, en su momento generó muchísima controversia como es la liberación de la raza negra y que, sin embargo, ahora nos parece una barbaridad que pudiese existir dicha esclavitud. Pues bien, ¿cual es el caballo de batalla del actual presidente y que, según él, espera poner en marcha en la actual legislatura?, la creación de una sanidad pública gratuita especialmente para aquellos que no la pueden pagar. Algo que en la actualidad tiene todavía muchos detractores dentro de la política estadounidense, igual que en su momento los tuvo la supresión de la esclavitud. En ambos casos las razones para oponerse a estas cuestiones son de dos tipos: económicas y sociales.
En cuanto a la película en sí, hay en ella dos cabezas cuyo trabajo está claramente diferenciado, éstas son Daniel Day-Lewis que da vida a Abraham Lincoln de una manera magistral y Steven Spielberg, que aparte de todo lo dicho anteriormente, realiza un trabajo sensacional en muchos aspectos.
Respecto a Daniel Day-Lewis hay poco que yo pueda decir que no se haya dicho ya. Sólo resumiré su trabajo en una frase, "él es Lincoln", punto. Sólo me queda tener la oportunidad de ver la película en versión original para poder oir como transformó su acento londinense mezclado con irlandés del actor en un acento de Kentucky, de donde era originario Lincoln.
A Lewis le acompañan en el reparto una serie de actores de gran calidad y prestigio. Sally Field acomete el papel de la esposa de Lincoln. David Strathairn se pone en la piel de William Seward, la mano derecha del presidente. Joseph Gordon-Levitt representa al hijo mayor de Lincoln y Tommy Lee Jones borda a Thadeus Stevens el diputado abolicionista radical que también tiene que tragar con lo que sea para conseguir el objetivo deseado. Además la nómina de secundarios se completa con actores de la talla de Hal Holbrook, John Hawkes, Tim Blake Nelson, Jared Harris o James Spader.
Por otro lado, la labor de Spielberg, como ya he dicho, es muy destacable realizando, como es habitual en él, una dirección de estilo clásico, construyendo escenas de gran belleza y con una puesta en escena impresionante. Lo más destacable, en mi opinión, es conseguir que la película tenga un ritmo pausado pero fluido, y que a pesar de su larga duración no se haga pesada al espectador mínimamente interesado en lo que está viendo en la pantalla.
Otro aspecto interesante de la labor del director es el manejo del fuera de campo, el cual destaca especialmente en las dos escenas más relevantes de la historia, la proclamación del resultado de la enmienda y el asesinato del presidente.
Tecnicamente la película destaca en otro aspecto, éste es la fotografía, la cual se debe a Janusz Kaminski, habitual colaborador de Spielberg. Kaminski realiza un trabajo formidable construyendo auténticos retablos de la época y ayudando de gran manera a la gran ambientación histórica que posee la película. Especialmente destacable es la escena en la que el presidente y su esposa están en su palco del teatro disfrutando de una representación, la cual es visualmente de una belleza extraordinaria.
La música corre a cargo del maestro John Williams, el cual ha realizado unas composiciones sencillas que acompañan de manera muy suave las melancólicas imágenes que vemos en pantalla. Se podría decir que la música de esta cinta está en las antípodas de las fanfarrias que tan (merecidamente) famoso han hecho a este compositor.
Para acabar, creo que se trata de una muy buena película, que no gustará a todo el público debido a su ritmo lento y a la abundancia de diálogos. Sin embargo es una obra muy completa, realizada por un director en plena madurez y que contiene una recreación de la época y del personaje difíciles de superar.
Gabriel Menéndez Piñera