viernes, 11 de enero de 2013

AMOR





                                                                      AMOR 

     Recién salida del cine tras ver esta película, he de decir que escribo esta crítica mientras aún me tiemblan las piernas de la emoción tras ver semejante obra de arte cinematográfica.

    Georges (Jean-Louis Trintignant) y Anne (Enmanuelle Riva) son una pareja de músicos quienes tras una vida plena han llegado juntos a la vejez. Su única hija Eva (Isabelle Huppert) vive alejada de ellos en Gran Bretaña con su familia.Una mañana, Anne sufre un infarto cerebral a consecuencia del cual pierde parte de su movilidad, comenzando así una degeneración física y mental que obliga a Georges a hacerse cargo por completo de su cuidado. Ésta es la trama escrita y dirigida en 2012 por el director austriaco Michael Haneke, trama que magistralmente destapa al inicio de la misma, desvelando el final en la primera escena y  liberándonos así de la incertidumbre de vislumbrar el desenlace. Así, podemos centrar nuestra atención en adentrarnos en el momento concreto de la vida de los protagonistas que el film retrata.
   Se trata de una historia sencilla, de un drama familiar como el que acontece en multitud de familias cuando una parte de ésta llega a la vejez. La grandeza de esta obra no reside tanto en lo qué se cuenta sino en la maestría con la que se hace.




   Con el apartamento parisino en el que reside la pareja como único escenario, la cámara se mueve por éste silenciosa, mostrándonos un hogar lleno de recuerdos de una vida ligada al trabajo, a la familia pero sobre todo a la convivencia. Filmada con apabullante sencillez, el director se recrea en largos planos fijos que nos revelan la intimidad existente entre la pareja, introduciéndonos en la rutina de ambos, llegando en ocasiones a hacernos olvidar que está presente. A esto se suma la casi inexistencia de acompañamiento musical, que escuetamente aparece en forma de pequeños fragmentos de piezas clásicas de piano de Schubert, Beethoven y Bach, para dejar paso a las miradas, a las caricias, al silencio, todos ellos con sus propios lenguajes que nos hablan mas allá del sonido.





  La pareja de actores lleva su papel a unas cotas de realidad tan altas que se crea un vínculo entre ellos que traspasa la pura ficción.
  Enmanuelle Riva interpreta a una antigua profesora de piano a la que la enfermedad postra en una cama mientras poco a poco la va despojando de su vitalidad física e intelectual.Un papel realmente soberbio en el que vemos como su persona degenera en la senectud con una verosimilitud arrolladora.
  Jean-Louis Trintignant por su parte da vida a un amante esposo que a partir de ese momento se dedicará en cuerpo y alma al cuidado de su esposa hasta la extenuación, haciendo gala de una madurez artística que su larga trayectoria le otorga.
   Isabelle Huppert, habitual de las películas de Haneke, interpreta a la hija de ambos, que por el contrario al intenso amor que se profesan sus padres, mantiene un matrimonio permisivo en infidelidades y una relación distante de sus hijos; motivos éstos por los que no entiende la dedicación por parte de su padre y el bienestar que a su madre le proporcionan sus cuidados más allá de la geriatría profesional.



   "Amor" es como su propio nombre indica, una historia de amor (valga la redundancia) y ésto queda reflejado en cada palabra que Anne y Gerard se dedican. Y es que cada diálogo entre ellos empieza en un "por favor" y termina en un "gracias", incidiendo así en el respeto, la dignidad y la cordura emocional (esa que tanto escasea en estos días) que ambos se profesan tras toda una vida juntos, hasta el último de sus días.

  El tiempo es un elemento curioso dentro del film, ya que en ningún momento se revela su paso. Haneke dota a la cinta de un ritmo lento en el que los personajes van envejeciendo hasta llegar a un final arrebatador y bucólico a partes iguales.
  A pesar del ritmo lento ( lento y aburrido no son sinónimos), durante sus ciento veintisiete minutos se generan situaciones de cierto suspense, debido a los movimientos de cámara que persiguen a los personajes por el apartamento y a la incertidumbre de las situaciones derivadas de la llegada de un momento de la vida en el que las inseguridades, la indefensión y la dependencia forman parte del día a día.




   La película en todo su conjunto crea conciencia, nos hace mirar al futuro y genera sentimientos diversos, en ningún caso manipulados, derivados de una situación que como ya comentaba en un principio sucede al culminar la vida de cada persona llegada una edad.

  El film ha sido galardonado con la Palma de Oro de Cannes de 2012, como ya ocurriera en 2009 con "La cinta blanca"(su película más aclamada hasta el momento) y está nominada a diversos premios entre los que se encuentran cinco categorías de los Oscar.

   Un largometraje realmente digno de ver y una nueva muestra de cómo con pocos elementos se puede hacer muy, muy buen cine.

                                                                                                           Carlota García Fernández.



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